Puerto de la Marta, por Bustantigo
-el gigante de Asturias-



Tal vez algún día todo esto no tenga ningún sentido, todo esto de lo que estamos hablando deje de interesarnos, tal vez pensemos que hemos perdido el tiempo leyendo cosas como ésta y nuestro interés por los puertos de montaña desaparecerá para siempre, se perderá en el tiempo. Tal vez perdamos lo que fuimos en este momento, tal vez dejemos de guiarnos por la luz que hace que momentos, que ascensiones como la que vamos a ver ahora, nos emocione. Porque no tengo ninguna duda que, si alguno de vosotros o de vosotras no conoce este puerto de la Marta, hoy por la noche soñará con estar en Puente Polea para iniciarlo, que planeará subirlo la próxima primavera o el verano que viene, que en el listado de indispensables hará un hueco para esta ascensión ÚNICA. Si algún día os ocurre eso, si algún día perdéis la ilusión, recordad ese sueño pedaleando por Lendequintana, por Bustantigo, por el gigantesco puerto de la Marta.
La ascensión al puerto de la Marta por su vertiente de Bustantigo (del puerto de Bustantigo, como querais llamarlo) arranca de Puente Polea, un lugar perdido en el occidente de Asturias, un cruce de caminos donde el peor conduce a Pola de Allande por una carretera revirada, infernal, de 35 kilómetros. Así es esta zona de Asturias, que poco tiene que ver con la suavidad de las zonas central y oriental de la región. El Occidente asturiano es un país dentro de un país o una región dentro de una región, un trozo de tierra en donde las distancias no se miden en kilómetros, sino en metros de desnivel: aquí no existe un metro llano. Es agradable pedalear en los primeros metros por esta subida, arreglada hace unos meses, y que favorece el pedaleo, la superación de pendientes que se sitúan en torno al 10%. Será este primer puerto del puerto de la Marta, en donde se sitúa, en el kilómetro 5 (aproximadamente) el pueblo de Lendequintana. Un puerto de algo más de 7 kilómetros que en otras circunstancias tendríamos como muy serio, una especie de Cruz de Linares, pero con 18 kilómetros más... No vale la pena llorar, porque no hay nada en kilómetros; no vale la pena lamentarse, porque los ciclistas no nacieron para eso; no vale la pena dejar de pedalear, porque la cima aún está muy arriba, muy lejos. Coronada esta bellísima primera fase (mirad las fotos para comprobar que no miento) damos paso a un descenso espectacular, de caída a los infiernos, desde donde se divisa una trazada a lo lejos, una carretera que sube casi vertical: es el segundo bloque, el más corto del día, pero también el más duro, el que guarda las rampas más duras del puerto: hasta un 20%. Durante poco de dos kilómetros se suceden varias "herraduras", rampones y todos los ingredientes para que las cotas de dolor en las piernas se eleven hasta límites insospechados. Ahora, enfrente, posa la carretera por la que transitábamos hasta hace un rato: también vertical, también en buen estado.
Un nuevo descenso, más corto que el anterior, nos conducirá hasta el pueblo de Bustantigo, como Lendequintana, colgado en la montaña, y que nos servirá para coger el impulso definitivo... ¿definitivo? No, el impulso para coronar el puerto del mismo nombre. Otros tres kilómetros y pico cuya primera parte transcurre por un túnel de vegetación que sólo puede ser trazado por los dioses. Cuando salimos de ahí comprobamos que la carretera se dirige sin contemplaciones hacia la cima, una trazada engañosa que esconde rampas continuas en torno al 10-12%, como en la primera fase, como en el tramo de Lendequintana, también con asfalto inmejorable, aunque con la sensación de interminable sobre nuestros hombres, sobre nuestras piernas. El puerto de Bustantigo se corona tras casi 16 kilómetros de lucha contra la montaña, de lucha desigual porque en esta ascensión cualquier se siente minúsculo. Pero no acaba aquí la subida si lo que queremos es alcanzar la cima del puerto de la Marta. Otra opción posible es continuar, en bajada, hacia Pontenova para afrontar el collado Couso o el puerto del Palo, múltiples posiblidades como veís: el que se aburre aquí es porque quiere.
Tras una abrupta bajada de algo más dos kilómetros afrontamos la última fase de subida, la más irregular, puesto que se abre con un kilómetro durísimo con pendientes por encima del 12% y que lleva al desvío hacia Is y Pontenova. Luego una fase más suave, para incrementarse la pendiente en los dos últimos kilómetros para alcanzar la gloria de un puerto de otra dimensión como es éste de la Marta.
Habrá quien piense que estoy exagerando, pero los datos del puerto están ahí abajo y no engañan. La Marta por Bustantigo es una subida a la que le falta una Vuelta a España que quiera encumbrarla hacia la gloria, al igual que el Tour lo hace con el col du Glandon o Galibier, y el Giro con el Giau, Marmolada y tantos otros.


Este es el perfil de la ascensión:



Y ahora unas imágenes:



Mapa de la subida en Google Maps: