Ruteando en Guadarrama
-tres días de amor y cicloturismo-





Y ese es el lema: Tres días de amor y cicloturismo. Amor a los puertos, amor a ese tiempo impagable pedaleando con grandes amigos una vez más, amor a esos pocos y cortos momentos en los que volvemos a coincidir. Dicen que es la vida, que a unos los lleva aquí y a otros allá, pero también debe ser la vida añorar ahora mismo, cuando la distancia ha vuelto a crecer, estos momentos juntos, esos momentos en la cima de los puertos, mirando, como si fuéramos los reyes de todo lo que vemos abajo. Eso debe ser la vida, saborear cada uno de esos momentos y no lamentarte por no haber sabido valorarlo cuando lo tuviste en la mano, a tu lado,...
Llevábamos años hablando de esta visita a estos lares por los que me muevo en los últimos tiempos, pero era difícil encajar por épocas, tiempos, horarios. Al fin llegó el día, o, más bien, los días para rutear por esta sierra de Guadarrama que he convertido en el salón de mi casa "cicloturista", con algunos "muebles" más tocados que otros, eso sí, en función de la época del año, de los acompañantes, de las ganas,...

RUTA ABANTOS

Para el primer día, y ya que salíamos de tarde cocino una ruta con Abantos y Robledondo, circular. Abantos, como bien sabéis, está mal, muy deteriorado, muy roto, pero, por subir una vez... Salimos de Alpedrete en dirección Guadarrama, donde nos espera Ángel. Luego continuamos ya hacia San Lorenzo del Escorial. Primeros compases con mucho calor y mucho tráfico, hasta que alcanzamos el restaurante de El Tomillar, antes de entrar en San Lorenzo del Escorial. Mi idea no es hacerlos subir por las revueltas de El Tomillar, sino por otra carretera en buen estado, sin tráfico apenas y con bastantes sombras, que sirve de circunvalación y que nos acerca a la ascensión oficial a Abantos.


Abantos está horroroso, cada vez peor, con muchos socavones... Hacía 4 años que no lo subía y uno y medio que no lo transitaba (en bajada). Pero, al menos, bajo la arboleda vamos protegidos, a la espera del tramo más duro de este irregular puerto.

Cae el primero de este periplo, Abantos.

La vertiente abulense está bastante mejor y permite llegar sin mayores problemas a Peguerinos, donde viene un terreno rompepiernas, de continuos toboganes, hasta Santa María de la Alameda.

Robledondo no presentará mayores problemas. Un puerto de unos 4 kilómetros cuya media ronda el 5-6% y sin rampas de consideración.

Bajada preciosa, tranquila, que nos deja en San Lorenzo del Escorial, donde aprovechamos para inmortalizarnos junto al Monasterio. Volverá después el tráfico, estresante por momentos, hasta Alpedrete. Nos despedimos de Ángel hasta una próxima ruta: muchas gracias por venir, tío.


RUTA CINCO ESTRELLAS

El segundo día era el planeado para realizar la ruta larga, transitando por los más reputados puertos de la sierra. Era muy difícil incluirlo todo, por lo que había que descartar algo, lógicamente. Aún así la ruta no desmerecía...

Salimos de Alpedrete en busca de la carretera que asciende a Navacerrada desde Collado Villalba, para ir acumulando metros ya desde un principio. Había que dejar "el pabellón" de la zona bien alto... Luego, más de 25 kilómetros de terreno favorable hasta Soto del Real, donde podemos situar el inicio de Canencia.

A partir de Soto del Real se nos unirá Jorge, a pesar de la insistencia de David en recordar que él sólo correrá para el Ibias Proteam...

La ruta, en realidad, podría denominarse "la de las fuentes"...

Será el primer puerto serio del día, aunque con temperaturas agradables todavía.


Canencia, una "engañifa" para los gurús de la zona norte de la península, nos coloca con casi 900 metros de acumulado, que para ser un segunda no está nada mal.



Esto es Lozoya, donde llega el segundo puerto del día, el afamado Navafría, algo más duro que Canencia.






En Navafría haremos el primer "sube-baja" del día, para tratar de aprovechar al máximo las posibilidades del valle de Lozoya y acercarnos, después, a  la Morcuera.



El personal ante las más variedades especialidades culinarias. Los hay clásicos, con su bocata; otros, con plato de pasta incluído.




Pero el "coco" del día llegará tras la comida: Morcuera por su cara norte es una ascensión más bien larga (13 kilómetros), a lo que se une su irregularidad y, en esta ocasión, el calor, y la suma de esfuerzos...




Tantas fotos con estos "granujas" (por separado) en tantos puertos, era una gozada coincidir  en uno de los puertos más emblemáticos de la península los cuatro.



Bajamos unos pocos metros para que David y Estrada puedan comprobar la inmensidad de la cara sur de Morcuera, aquella en la que Dumoulin se dejó la Vuelta hace un par de años, y nos despedimos de Jorge: gracias por venir, tío.



El siguiente será Cotos, un puerto pajarero como ninguno, en el que esperamos "visita".




Sí, es Víctor, otro de los "borracheros", con el que hacemos una parte de Cotos y el tramo hasta Navacerrada. Había costado coincidir con él aquí, pero para ser la primera, que mejor que ésta!!



Y cae el cuarto del día, Cotos. Víctor nos acompañará hasta Navacerrada, donde nos despedimos: gracias por venir, tío. Tenemos una Navacerrada pendiente!!! (una por lo menos antes de la Borrachera 2018).



Y el plan es bajar hacia el río Eresma para acometer los 7-8 kilómetros del puerto de Navacerrada por las afamadas Siete Revueltas. ¡Cuántas batallas ciclistas en estos kilómetros!





Con Navacerrada alcanzamos los 3500 metros de desnivel, aunque con calor parece alguno más...


Cinco puertos, 3500 metros, 188 kilómetros: una gran ruta, una de las grandes del año.

RUTA NAVACERRADA

Lo cierto es que el plan para el último día era ascender hasta la Bola del Mundo, pero ninguno de los tres tenía las suficientes ganas para meter las ruedas en el "precioso" hormigón de la subida más alta de Madrid. Cada vez que paso por ahí me acuerdo de muchos puertos que la Vuelta descarta por estado del piso o por las causas más variopintas que no se pueda imaginar...




Subimos Navacerrada por Guadarrama, con sus más de 17 kilómetros de ascenso, para mí el mejor puerto de Madrid, el más colosal (y sin contar el añadido de la Bola).



Ya en la zona del Ventorrillo, allá donde las rampas de Navacerrada rara vez bajarán del 8%...


El día acompaña y las imágenes de la subida son espectaculares



Apoyados en la valla que corta el paso de la ascensión a la Bola,  esperamos a que sea asfaltada como dejó caer un lugareño cuando nos disponíamos a bajar de ahí...


Octavo puerto en 48 horas...


Esto para cerrar. Un placer compartir ruta con estos dos monstruos. Ya nos falta menos para la próxima. ¿El lugar? Mientras haya camino, comida y cervezas, da igual.