*Anterior reportaje sobre la subida a Trobaniello

Pero antes de empezar con el reportaje clásico quiero que veas este vídeo sobre la ascensión a Trobaniello que realicé un par de años después. Ascendí con bici de carretera por esa pista que es uno de "Finestres" españoles:




En el paraíso ciclista que es el concejo de Quirós existen múltiples ascensiones durísimas que he ido recopilando en esta página para compartir fotos, perfiles y las sensaciones que pueden generar dichas subidas. El año pasado ascendí al muro de Alba, una tremenda pared con una pendiente media superior al 10%. Éste me fui a la Braña de Linares (Bermiego) y la de Villamarcel, dos espectaculares colosos que no tienen nada que envidiar a los tan cacareados puertos del Tour o el Giro. Pero quedaba, quizá, el más grandioso de todos, el puerto de paso más tremendo que tiene esta tierra quirosana: Trobaniello. Si quisiera ser breve valdrían unos pocos datos: 16 kilómetros de ascenso, más de 1100 metros de desnivel, pendiente media del 7%, coeficiente APM de 265 (la Cobertoria por Lena tiene 270, San Lorenzo cuenta con 268, por poner dos ejemplos comparativos), rampa máxima del 20%, más de 1600 metros de altitud,… Además se enlaza con Ventana a través de un tramo de 4-5 kilómetros de toboganes. Pero voy a analizar de forma más extensa, puesto que la ascensión lo merece.



Partimos de Santa Marina, dejando a un lado las carreteras que ascienden a la Cobertoria por Llanuces y por Cortes, para introducirnos de lleno en la de Ricabo. Son casi 5 kilómetros de suave ascenso, con pendientes que pocas veces alcanzan el 6-7% (la media hasta dicha localidad no llega al 5%). El asfalto en este tramo está en un estado aceptable y la carretera es bastante ancha y casi sin tráfico (una gozada para el cicloturista, por tanto). Pero tras pasar el puente sobre el río Ricabo nos encontramos con las primeras dificultades en forma de alguna rampa que se aproxima al 9%: el aperitivo de lo que nos iremos encontramos mucho más arriba. Y llegamos a Bueida (en el kilómetro 6,1) donde se acaba el asfalto y da inicio la pista ganadera que nos llevará hasta la cima. Poco a poco nos vamos introduciendo en el bosque y la pendiente parece quedarse fija entre el 6 y el 8%, casi sin variación (y así durante unos 5 kilómetros). El periplo por esta zona, arbolada, que nos esconde de la civilización, que nos impide ver lo que vamos ascendiendo, apenas se ve trastocado hasta el inicio de la parte más dura (en torno al kilómetro 11). Es el tramo de más desgaste del puerto debido a la pendiente, muy continua, y esa ausencia de referencias. Hasta que llegamos a una curva en donde, sorprendentemente, aparece el asfalto (durante poco más de medio kilómetro) para avisarnos de lo que se nos viene encima. Ahora la arboleda se despeja y nos permite ver lo que llevamos ascendido (que no es poco, ya que estamos por encima de los 1000 metros de altitud) y las espectaculares rampas que debemos superar. El altímetro se vuelve loco y poco a poco la pendiente se va incrementando: 13-14-17 y así hasta un 18%. Es el primer aviso, tras el cual desaparece el asfalto y las rampas se suavizan. 250 metros de recuperación para afrontar la zona más bella de la subida. Una curva de herradura, similar a Cobayos (curva previa a la Cueña Les Cabres en el Angliru, para los neófitos), nos va a dejar colgados de la montaña unos cuantos metros. Es la zona más dura de la subida, una interminable recta con pendientes que llegan al 20%. Parece que no avanzamos, pero sí, lo hacemos, puesto que la altitud empieza a ser considerable al aproximarnos a la zona nevada de la subida. Son ya más de 1300 metros de altitud y 13 kilómetros de ascenso. Tras este brutal tramo las rampas, hasta la cima, no terminan de suavizarse y oscilan en unos respetables niveles del 9-10%, remontando varias curvas de herradura, hasta que finalmente culminamos nuestro sufrimiento en Trobaniello, poco después de la ermita. 16 kilómetros después de Santa Marina el paisaje es fantástico, las vistas son magníficas. ¿Pero acaba la subida aquí? Pues no. Continúa hacia el puerto de Ventana (utilizado frecuentemente por la Vuelta a España) tras atravesar una pista de continuos toboganes, pero que en la fecha que fui estaba en unas condiciones casi infranqueables para este cicloturista. Me quedé a un kilómetro, aproximadamente, del cruce, del puerto de Ventana, debido a la imposibilidad de superar un muro (y éste, literal) de nieve y hielo de más de 4 metros… Lo siento, lo mío no es el alpinismo. Pero volveré…



Unas imágenes de la ascensión:



Esta ascensión a Trobaniello cuenta con posibilidades de convertirse en puerto de paso en ediciones futuras de la Vuelta a España. Así lo expresó Javier Guillén, director de Unipublic, en una reciente entrevista:


http://encuentrosdigitales.rtve.es/2010/javier_guillen.html