LEYENDAS CICLISTAS DE ÁVILA

Cuenta la leyenda que fue en un puerto de Ávila donde tuvo lugar la etapa más famosa de la historia de la Vuelta a España. Tan famosa que, 30 años después (casi), aún se habla de ella. Fue el puerto de Serranillos el punto de inflexión de aquella ronda española y en donde Bernard Hinault realizó una de las mayores exhibiciones de su carrera como ciclista. La "tropa española" (repartida en distintos equipos, claro) se las prometía muy feliz y, hasta la decisiva etapa de Ávila, creía que el triunfo sería de uno de sus integrantes: Gorospe, Alberto Fernández, Marino Lejarreta,... Uno a uno habían "amargado" al campeón francés, hasta Julián Gorospe, líder entonces, quien tuvo un desfallecimiento tremendo que le costó la victoria final (perdió más de 20 minutos). Gorospe ya no fue el mismo...

La "alianza española" contra Hinault existió, y no hay más que ver los resúmenes de la época, pero llegó la etapa de Ávila y el puerto de Serranillos. Gocemos por un momento con el resumen de la etapa de 1983, con la narración del gran Emilio Tamargo. Bernard Hinault dio un puñetazo encima de la mesa definitivo...

Y claro, cuando asciendes un puerto como éste, acompañado de otros también con muchísima tradición ciclista (Mijares y Pedro Bernardo), y de una belleza sin igual, te remontas a aquella etapa de 1983, o aquella otra de 1995, cuando Jalabert también realizó una portentosa exhibición en Serranillos...

El perfil de la ruta planteada fue éste: 


SERRANILLOS, LA LEYENDA

Serranillos no destaca por ser un puerto excesivamente duro en cuanto a rampas, pero sí en longitud. Más de 20 kilómetros de ascenso con una pendiente media cercana al 5%. Largo, larguísimo, para disfrutar de la bicicleta, pues cuenta con unas vistas privilegiadas. Pero mejor ver unas imágenes para darse cuenta de la magnitud de este coloso:

Comenzamos a la altura de la N-502, en el mismo punto de arranque del puerto del Pico, y en dirección a Santa Cruz del Valle y San Esteban del Valle (donde varias altimetrías sitúan, a nuestro parecer de forma errónea, el inicio de Serranillos).

Arte en Santa Cruz del Valle.

El tramo inicial ya presenta rampas duras (al 9-10%).

San Esteban del Valle, punto donde se suele marcar el inicio de esta subida (pero con 6 kilómetros de ascensión ya en las piernas).

Vamos dejando abajo San Esteban del Valle.

Nos metemos en la arboleda.

Frente a nosotros, el puerto del Pico, por donde bajaría la carrera en 1983 antes de afrontar Serranillos.

Al lado de este coloso parecemos insignificantes.

Un puerto para disfrutar del cicloturismo, pero donde tuvo lugar una de las mayores proezas del ciclismo profesional.

Al fondo, el final del puerto. Parece no llegar nunca. Claro, dependerá del ritmo de cada uno, pero se emplea mucho tiempo en realizar esta ascensión. Quien haga cicloturismo obtendrá, mejor dicho, irá obteniendo como recompensa todo un regalo para la vista.

Serranillos deja estampas como ésta, en la que podemos admirar en todo su esplendor la Sierra de Gredos.

Puerto legendario donde los haya y que incluí en mi zurrón particular.

El descenso hacia Navarrevisca, en busca del inicio de Mijares, segundo del día. Por aquí es algo más corto y con un desnivel menor.

Bellísimo también.

El pueblo de Serranillos bajo la "herradura" descrita por la carretera.

 

MIJARES, EL PUERTO MÁS BELLO

Era mi segundo intento de ascenso a Mijares por esta vertiente. Hace unas semanas, una gran ventisca me impidió coronarlo con éxito. Sin embargo, en esta ocasión me encontré con una meteorología más benévola que nos permitió disfrutarlo... y sufrirlo. Veamos unas imágenes de esta maravilla de la naturaleza.


Iniciamos Mijares por una vertiente diferente, con cuatro kilómetros que tienen rampas superiores al 15% y el asfalto roto...

Rampón en Villanueva de Ávila, en hormigón, y con pendientes que alcanzan el 16%.

Salimos a la carretera tradicional de Mijares.

Otra ascensión para disfrutar...

Al fondo, la carretera serpenteando por la ladera de la montaña. Más al fondo, Burgohondo, Navalmoral y el puerto del mismo nombre.

Cuando uno asciende puertos como éste disfruta aún más de este deporte.

Imposible captar toda la grandeza y la belleza de este puerto por más imágenes que uno ponga.

En la cima de Mijares, otro de los legendarios.

La otra vertiente, en mi opinión, supera en belleza a la ascendida. Larguísima (de más de 20 kilómetros) y con un desnivel superior a los 1000 metros...

Hay puertos que nos vuelven locos.

Adiós Mijares

 

PEDRO BERNARDO, APOTEOSIS FINAL

Pedro Bernardo era el ultimo ascenso del día y el más suave. De todas formas, una subida en la que se puede disfrutar, pues la pendiente es muy leve (creo recordar que la máxima rondaba el 7-8%). Otros casi 20 kilómetros de ascenso...

Nos encaminamos ahora al tercer puerto del día: Pedro Bernardo.

El pueblo que da nombre al puerto.

Eso hacemos...

Bajo la inmensidad de Gredos.

Puerto más suave que los anteriores, aunque estéticamente bellísimo también.

El tercero, Pedro Bernardo, en el zurrón. 

Descenso del último coloso.

Camino del fin de esta ruta de puertos bellos.

Como comenté al principio, tal vez no sean los puertos más duros que existan, pero ofrecen muchísimo. Tres ascensiones enormes para disfrutar de la bicicleta, que de eso trata el cicloturismo.